domingo, 22 de enero de 2012

Carta de Ajuste



No quiero finalizar este blog sin dar las gracias a todos los compañeros del Campus virtual de la Unex que han participado en este Blog. Sin vuestra colaboración el trabajo de elaborar los post hubiese sido bastante tedioso y sin sentido, porque el objetivo no es solo transmitir la información que uno puede aportar; lo realmente importante es poder compartirla y en ese aspecto me considero un privilegiado,sobre todo gracias a la aportación de todos vosotros.

El motivo de no continuar con esta web es que ya poseo otra que, la verdad sea dicha, ya me cuesta bastante tener al día. En esa web (http://bokdav.blogspot.com/) los que esteis interesados podéis seguir mis aventuras literarias, pues ese es el tema principal del blog: comentar las lecturas que voy finalizando. También hablo de otros temas de índole cultural... pero bueno, ya lo descubriréis si decidís seguirlo.

P.D.: A los profesores de esta asignatura. Agradezco la oportunidad de haber podido crear este sitio y de posibilitar la comunicación con los compañeros. Pero debo decir, y esto es una crítica (espero que la consideréis como constructiva), que he echado en falta un poco de participación por vuestra parte. Creo que hubiese sido interesante algún comentario en los blogs, para animar a todos con esta actividad. Cada uno de nosotros hemos intentado, con nuestros comentarios, animar al resto de compañeros y os aseguro que se agradece... Pero bueno, como decía al principio: Gracias y hasta pronto.



viernes, 20 de enero de 2012

Grosz: un visionario del caos que se avecina

Metrópolis (1916-1917, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, España)

Grosz y la Nueva Objetividad

Para finalizar las entradas de este blog no puedo dejar pasar a un pintor extraordinario... No hace mucho que descubrí a Grosz; me atrapó visitando las obras del museo Thyssen-Bornemisza, en su magnífica página Web.

¿Qué es lo que me gusta de Grosz? No soy ningún entendido en arte, ni mucho menos, y, aunque reconozco que es muy simple, lo único que pido a una obra es que me entre por los ojos, que me conquiste a través de la mirada. Así ocurrió con el cuadro Metrópolis (1916-1917); una visión apocalíptica de la ciudad envuelta en una luz roja abrasadora, una especie de big-bang que emana de una esfera situada en la parte superior del cuadro. La propia luz sumerge en un espantoso caos a las personas que, con los rostros aparentemente descompuestos, dan la sensación de estar huyendo de un enemigo implacable y despiadado. O quizá son los propios ciudadanos ese enemigo desalmado que se dedica al saqueo y a la destrucción total.

Por eso me gustó la obra: no miente, no esconde su desprecio por lo que muestra. Me vienen a la mente las palabras de Oscar Wilde que cité en una entrada anterior: «...detrás del sufrimiento, hay siempre sufrimiento. Al contrario que el placer, el dolor no lleva máscara.» Para mí este cuadro no tiene máscara, no hay secreto oculto ni puntos de vista paralelos en función de una u otra pincelada; el mensaje está claro, por lo menos esa fué la primera impresión. Por esto decidí involucrarme más profundamente en la obra del pintor alemán. Y el  resultado es lo que sigue... Espero que os conquiste de la misma manera que a mí.


En noviembre de 1918, después de la capitulación de Alemania tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, se inicia un nuevo proceso que va a cambiar el sistema político y social de este país. El día 10 de ese mismo mes abdica el que va a ser el último emperador alemán, Guillermo II (1859-1941). Acaba así la era imperialista y se inicia la República de Weimar.

Dentro de este contexto político, en 1919 nace un colectivo de artistas que se hace llamar el Grupo de Noviembre. En una de sus primeras circulares se anuncian así: y se definen
“A nuestra vieja declaración de guerra sucede por fin el combate. La transformación política ha decidido por nosotros. Pintores, escultores, arquitectos del espíritu nuevo, la Revolución exige nuestra unión”
“El Grupo de Noviembre es la asociación alemana de los artistas radicales […] no es una sociedad económica de protección, ni una nueva sociedad de exposiciones.”
Entre sus miembros encontramos a George Grosz.

Arte y política se unen. En 1925 abre en Manheim una exposición con el título Neue Sachilichkeit “Nueva Objetividad” que engloba manifestaciones artísticas alemanas apoyadas en la realidad objetiva. Para muchos de sus artistas se trataba de una manifestación de denuncia de la dramática situación de esos años.

La Nueva Objetividad utiliza en beneficio propio las posibilidades que le brindan los distintos movimientos de vanguardia. El arte en manos de los radicales alemanes, más cercanos a las ideas de la Rusia revolucionaria, es un arma para provocar al espectador y despertar conciencias; así utilizan la recuperación de la figura. Plasman en sus obras imágenes del mundo injusto y caótico en el que viven. Se proponen desenmascarar la verdad de la sociedad alemana, de una manera fría, objetiva y desapasionada, distanciada con el teatro de Bertold Brecht.

Otto Dix, uno de los máximos representantes de este estilo artístico lo expresaba así:
“Para mí el qué es más importante que el cómo. El cómo se desarrolla a partir de qué.”
La vida es lo primero, después el arte. El arte al servicio de la sociedad con la que tiene que convivir. El expresionismo ya no sirve aquí para mostrar los terrores individuales o desgracias personales como en las obras de Munch o de Kirchner. Se trata de desenmascarar los elementos que componen la sociedad, fundamentalmente a los que se beneficiaron de la guerra: gobernantes, militares, clero, etc.

La Nueva Objetividad se sirve de una técnica cuidada, precisa, llena de pinceles finos, más aptos para los detalles que se quieren mostrar. Quieren que el espectador reaccione y para ello utilizan sus obras como arma principal mostrando el mundo roto en el que viven.

Los máximos representantes de la objetividad son Otto Dix, George Grosz y Max Beckmann.

Los protagonistas de las obras de Dix y Grosz son los mismos: la ciudad – su aspecto más negativo – y sus habitantes como basura urbana, lisiados, prostitutas, borrachos asesinos y el clero corrupto. Todo con una postura marcadamente antimilitarista.

Illia Ehrenburg escribía en 1921 sobre una exposición:
“Lo que pude ver no era pintura, sino la erupción histérica de hombres, que en vez de revólveres o bombas, habían cogido en sus manos los pinceles y los tubos de colores...”
Los temas son similares en los dos artistas: Dix es más minucioso y cristalino en sus personajes. Grosz acentúa los trazos gruesos, recurriendo a una estética de urinario, directa e impactante.

George Grosz fue un pintor comprometido ideológicamente, un agitador que usaba el arte como arma en la convulsa Alemania de las primeras décadas del siglo XX. Rechazó violentamente y con indignación la guerra y la casta militar prusiana. A punto estuvo de ser fusilado por sus constantes críticas. Se dedica a desenmascarar ese mundo que tanto le asquea; destapa la podredumbre que hay en los cerebros que se esconden tras los elegantes sombreros de personas en apariencia respetables.

Su carrera comenzó como caricaturista dentro de un estilo de fuerte crítica social, tendencia que se vería agudizada a raíz de las traumáticas experiencias vividas durante la Primera Guerra Mundial donde se alista en la infantería del Ejército Alemán, en un regimiento de granaderos. En 1913 se trasladó a París. Por esa época se notaba una gran influencia del cubismo y el futurismo, pero también del expresionismo, muy presente entre los jóvenes artistas alemanes de la época.

En 1917 fundó la editorial Malik donde publicó numerosos dibujos y algunos escritos, que le llevaron, en ocasiones, frente a la justicia. Durante el apogeo del grupo dadaísta en Berlín (1917-1920), Grosz fue un miembro destacado participando en sus principales exposiciones. Su seriedad se aparta de las bromas dadaístas típicas. En 1919 se afilia al Partido Comunista de Alemania (KPD).

En Metrópolis (1916-1917, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, España), una de sus obras más conocidas, de atmósfera apocalíptica, Grosz refleja el ambiente de inseguridad producido por la guerra y la locura que se había apoderado de la sociedad europea. supo hacer una crónica fidedigna del Berlín de los años veinte. En 1919 se afilia al Partido Comunista de Alemania (KPD).

Durante la década de los años veinte su estilo artístico expresó su disgusto por la Alemania de la posguerra. La moderna metrópoli se convirtió en el tema recurrente de su obra y, como un Bosco contemporáneo de incisivo tono crítico y agudo sentido de la observación, plasmó su entorno en obras con una intención moralizante. Más tarde, en 1922, Grosz deja el KPD, después de una estancia de cinco meses en Rusia, período en el que conoció a Lenin y Trotski, debido a su oposición al carácter dictatorial del régimen soviético. Tras su renuncia a este régimen, su sátira se hizo menos mordaz, su línea más blanda, su color más brillante y sus temas menos críticos. Aún así puede considerarse uno de los grandes maestros de la sátira. Desde Daumier nadie había dejado un registro tan completo, un horrible registro intensamente alemán del Berlín de los años 1914-1924.

Después de 1921, cuando la crítica contra la República de Weimar se hizo más difícil, su obra cambió de contenido y técnica: empezó una exploración más psicológica de la sexualidad.

En sus series El rostro de la clase dominante (1921) o Ecce homo (1927) hace una crítica despiadada de las clases sociales sen escenas llenas de violencia y sexo. Nos cuenta en su autobiografía:  
“Vivía en mi propio mundo. Mis obras expresaban mi desesperación, el odio y la desilusión. Despreciaba radicalmente a todo el género humano.”
Con la llegada del nacionalsocialismo (recibe el inquietante título, por parte de algún ideólogo nazi, de "bolchevique cultural número uno") emigró a Estados Unidos, donde fue bien acogido como crítico social. Pero su obra perdió todo el vigor que le había caracterizado en Europa. Escribió en 1946 su autobiografía, que tituló A Little Yes and a Big No (Un pequeño sí y un gran no). En España estas memorias fueron publicadas en 1991 por Anaya & Mario Muchnik con el título Un sí menor y un NO mayor [Memorias].

Tras una ausencia de 27 años, en 1958 volvió a Berlín, muriendo de repente, frente a su casa (al pareceer tras caer por las escaleras después de una borrachera), poco después de su llegada.

Referencias

Me han servido de mucha utilidad los siguientes enlaces a webs y blogs

miércoles, 18 de enero de 2012

Hopper en el Thyssen



Acabo de enterarme y no puedo estar más contento: El museo Thyssen-Bornemisza va a dedicar una exposición a uno de los pintores que más me ha marcado: Edward Hopper... Por lo tanto tengo la obligación de dedicarle la entrada de hoy a este pintor norteamericano, uno de los máximos representantes del realismo del siglo XX.

La exposición se va a celebrar del 12 de junio al 16 de septiembre de 2012. Según explican en la web del museo esta exposición "será fruto de un proyecto de colaboración del Museo Thyssen-Bornemisza y la Réunion des Musées Nationaux de France; dos instituciones particularmente representativas pues, por un lado, París y las obras del comienzo del siglo XX son referencias fundamentales para Hopper en sus primeros años y, por otro, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid alberga la colección más importante de su obra fuera de los Estados Unidos."

Vamos con este genial artista:
"Retratar de la mejor manera posible el efecto del sol sobre el costado de una casa."
... así resumía Hopper gran parte del conjunto de su obra. Como veremos a continuación, el impacto de esos efectos ha sido mucho mayor de lo que el propio pintor se esperaba.

Durante su vida como pintor pasó sin pena ni gloria por el mundo del arte. De hecho tuvo que ganarse la vida trabajando como ilustrador a sueldo. Como suele ocurrir, sólo después de su muerte se le tomó en serio, se estudió con profundidad sus obras y hoy se ha convertido en un icono de la sociedad moderna.

Trasladándonos a principios del siglo pasado, podemos decir que, desde joven, Hopper realizó varios viajes a Europa que fueron decisivos para su posterior orientación artística. En el viejo continente se interesó por la obra de artistas como Edgar Degas y Édouard Manet. También captó influencias de otros grandes pintores como Pissarro, Sisley, Courbet, Daumier, Toulouse-Lautrec. Durante su estancia en España tampoco perdió el tiempo y grabó en su memoria los trazos de las obras de Velázquez y, fundamentalmente, Goya.

A partir de 1910 dejó de viajar para residir de forma definitiva en Nueva York, en su casa de Washington Square. Sólo abandonará su casa en la gran manzana para trasladarse a su residencia de verano en Nueva Inglaterra, que desde 1930 siempre será en Cape Cod, cuyos paisajes pasarán a la inmortalidad en varias obras del pintor.

Se le define como un pintor de ejecución lenta y pausada, de ahí que su producción artística sea relativamente escasa. Retrató el aislamiento, la soledad y la melancolía del siglo XX norteamericano, construyendo su propia visión interior de la condición humana. Su pintura, bañada por un atmosférico juego de luces y sombras, se caracteriza por la descripción de interiores que representan lugares públicos y cotidianos como bares, moteles, gasolineras... todos ellos prácticamente vacíos para subrayar la soledad del personaje representado. Le preocupaba la intromisión de la luz artificial en la natural y, con frecuencia, incluía múltiples focos luminosos en una misma escena. Aprendió a colocar al espectador en una posición de voyeur, una especie de mirón, haciéndole cómplice e invitándole a observar la intimidad ajena.

Nicholas Serota, director general de las galerías Tate Modern, en Londres, hablaba así de Hopper antes de inaugurar una exposición sobre su obra:
"...se le consideraba una figura regional, como lo demuestra la procedencia de estas obras. Pero Hopper no sólo ofrece una visión de Estados Unidos, sino que investiga a través de su arte lo que significa estar vivo en el siglo XX".
"Se tomó libertades, porque las mujeres de sus cuadros nunca envejecen" apunta Sheena Wagstaff, comisaria de esta misma exposición.

Fijándonos en sus cuadros, aún en la escena más cotidiana, se palpa un aire de inquietud y misterio que deja huella en quien lo observa. Cuando coinciden varios personajes en sus obras no tenemos más que fijarnos en sus miradas... nunca coinciden, ni siquiera en uno de sus cuadros más famosos, Nighthawks (Halcones de la noche), pintado en 1942, donde representa, bajo la cruda luz de los neones, a cuatro noctámbulos en un diner (cafeterías que permanecen abiertas durante toda la noche): sólo hay que trazar una línea imaginaria proyectada desde la mirada de cada uno para comprobar que estamos ante personajes sumidos en sus propios pensamientos, en sus propias preocupaciones o nostalgias, ajenos completamente unos de otros, mirando, a su vez, algo que escapa del marco. Únicamente en una de sus obras, su propio Autorretrato, parece fijar la mirada en el espectador.

Sus escenas son misteriosas, en las que el argumento y su posible resolución escapa al encuadre.
"Su intención era mostrar escenas que podrían suceder pero no ocurren. El espectador establece una relación con los personajes, especula sobre sus intenciones. Por eso su trabajo sigue vivo y en constante demanda" apunta Wagstaff.
Brian O'Doherty, amigo del artista señala que:
"Hopper bloquea la trama de sus cuadros para forzar al visitante a seguir observando. A la larga, son las propias pinturas las que responden con sus vacíos, soledades, presencias y ausencias"
Hopper y el cine

Hopper influyó en sucesivas generaciones de artistas de todas las disciplinas, desde la pintura al cine, pasando por la literatura. Con el cine, especialmente el cine negro, estableció un diálogo de doble dirección.
"Cuando no estoy con humor para pintar, me voy al cine durante una o más semanas" comentaba en una ocasión.

El crítico cinematográfico del dominical The Observer reconoce que fueron los filmes de la época dorada de Hollywood, en los años 30 y 40, los que inspiraron a Hopper para pintar sus características ciudades anónimas, abstractas, solitarias.

Nighthawks, mencionada anteriormente, surgió en respuesta a la novela de Hemingway Los asesinos y en su adaptación al cine, el realizador Robert Siodmak reconstruye el mismo cuadro en blanco y negro. Por citar algunas obras del séptimo arte relacionadas con Hopper podemos ir desde Gigante, el filme de George Stevens que descubrió la química del trío de actores, Rock Hudson, Elizabeth Taylor y James Dean, hasta Blue velvet, de David Lynch, pasando por los clásicos La sombra de una duda, de Alfred Hitchcock (quizá se inspiró en el ambiente de los cuadros de Hopper para su película más siniestra, Psicosis; me viene a la mente la obra Casa junto a las vías del tren, similara la de Norman Bates en la película), o Matar a un ruiseñor, de Robert Mulligan. Wim Wenders echó mano del cuadro Nighthawks en The End of Violence lo mismo que hizo Herbert Ross en Pennies from Heaven (Dinero caído del cielo, su título en España).


Referencias

  • Strand, Mark. Hopper. traducción y prólogo de Juan Antonio Montiel. Barcelona : Lumen, 2008.
  • Renner, Rolf Günter. Edward Hopper : 1882-1967: transformaciones de lo real. Colonia : Taschen, 2002.
  • Kranzfelder, Ivo. Edward Hopper : 1882-1967 : visión de la realidad. Köln : Benedikt Taschen, cop. 1995.
  • Gómez, Lourdes. Londres reúne 70 obras de Edward Hopper, el pintor de la condición humana [En línea]. El País.com. 26 de mayo de 2004

lunes, 16 de enero de 2012

Guerra Fría 2.0


Hoy vamos a hablar de Nuevas tecnologías, o de ordenadores... a lo bestia. Pues los chinos ya no solo se conforman 'simplemente' con llegar a la Luna (se nota que ya andan escasos de sitio) sino que quieren tener el ordenador más potente del mundo y desbancar a los EEUU; objetivo que han conseguido con el Tianhe-1 (Río del Cielo, para ellos, para nosotros Vía Láctea): un superordenador capaz de realizar 2.500 billones de operaciones (2,5 petaflops) por segundo. El único 'pero' para ellos es que los miles de chips con que está construido son estadounidenses, de las marcas Intel y Nvidia (por lo visto no van a tardar en comercializar este tipo de chips made in China) . Concretamente tiene 14.336 procesadores Intel Xeon y 7.168 GPUs Nvidia Tesla. Con estas características se convierte en la computadora más potente jamás construida, ganandole el puesto a la computadora Jaguar (Cray XT), ubicada en Estados Unidos (Tenessee), en el DOE/SC/Oak Ridge National Laboratory.

¿Para qué se necesita un aparato con estas características? El Tianhe-1 ya ha empezado a ser utilizado por potenciales clientes de esta tecnología, como la Oficina Meteorológica de Tianjin -principal puerto del norte de China- y el centro de datos de CNOOC, la principal empresa extractora de petróleo submarino del país. También se utilizan en numerosas aplicaciones, científicas y militares, que exigen gran capacidad de cálculo. Según Liu Guangming, director del Centro Nacional de Supercomputación en Tianjin, ciudad donde se aloja este aparato: “También puede servir a la industria de la animación y la investigación biomédica“.

En España contamos con uno bastante más pequeño que el gigante asiático: el superordenador MareNostrum, situado en Barcelona, en una capilla de principios de siglo XX que alberga el CNS (Centro Nacional de Supercomputación) y que no deja de sorprender a quien observa esta mezcla piedra y tecnología .

Se utiliza, desde que comenzó a funcionar en el año 2005, en la investigación del genoma humano, la estructura de las proteínas y en el diseño de nuevos medicamentos, entre otros. Dado los recortes en I+D+I que se han producido recientemente, ya podemos amortizar bien este aparato, pues no creo que consigamos una máquina superior en  mucho tiempo.

jueves, 12 de enero de 2012

Amor y Psique

                            Amor y Psique (1796-1803)

Antonio Canova (Possagno, 1 de noviembre de 1757 - Venecia, 13 de octubre de 1822)

Siempre suelo pasar deprisa por las salas de los museos donde se exponen obras de escultura, género artístico que pobremente ha llamado mi atención. Cuando entro en uno, si es tan inabarcable como el Louvre, intento ir directamente a lo que me interesa, generalmente la pintura. Pues bien, hace unos años, en un viaje relámpago a París, mientras paseaba la mirada por los pasillos del museo francés, me topé con una escultura que llamó poderosamente mi atención; mis pasos se hicieron un poco más lentos... hasta que me detuve por completo.
Delante de mí tenía una obra tallada en un frío marmol blanco. No era especialmente grande, apenas llegaba a los dos metros, tanto en altura como en longitud. Situada junto a una ventana, la luz natural acariciaba discretamente el conjunto trasladando al observador al umbral que separa la realidad de nuestra imaginación, de nuestros sueños.
La obra que estaba contemplando representaba a una mujer recostada con las piernas estiradas, ligéramente flexionadas; la parte superior de su cuerpo se elevaba tímidamente del suelo, rodeado por el brazo de un ser dotado de enormes alas que, a su vez, con la mano derecha, sostenía la cabeza de la mujer, aparentemente inconsciente, a la que estaba a punto de besar. Deduje que se trataba de una escena mitológica entre una mortal y un semidios. Tenía delante de mí la obra Psique reanimada por el beso del Amor, de Antonio Canova.

Dejando a un lado las primeras sensaciones, investigué un poco sobre la obra y su autor. En cuanto al autor, Antonio Canova, os puedo decir que nació en Possagno (Italia) en 1757. Debido a la situación precaria de su familia, no pudo realizar estudios artísticos y desde muy joven comenzó a trabajar en una cantera de la mano de su abuelo, interesado en que su nieto aprendiera un oficio. No pude evitar el imaginar sus manos endureciéndose poco a poco al contacto con la piedra. A cada golpe de martillo su sensibilidad de artista iba adquiriendo forma, una forma que terminaría por romper todo un estilo, el Barroco, dando paso al Neoclasicismo... la escultura no volverá a ser igual.

Siguiendo los pasos de nuestro artista nos trasladamos a  Venecia, ciudad en la que se forma y donde adquiere conocimentos para su obra. De Venecia pasamos a Roma, rondando 1781, donde ya se le considera un innovador y un maestro del mármol. En la ciudad eterna le encargan obras importantes como el monumento funerario destinado a la Basílica de San Pedro, para el Papa Clemente XIII, obra que le dará el reconocimento de los críticos de la época. Después de esta obra vinieron otras, como la que representa la leyenda de Teseo y el Minotauro. Describiendo brevemente este trabajo, Canova esculpió una obra cuyo tema no reflejaba la lucha de Teseo, sino que, suavizando las formas, mostraba al vencedor en una pose meditativa sentado sobre el vencido. El hecho de mostrar el momento reflexivo y melancólico de la lucha de Teseo con el monstruo cretense es fruto de la nueva percepción artística y no corresponde al enfoque tradicional más dramático de esta leyenda. Expertos en arte lo interpretan como el triunfo de las virtudes humanas frente a las fuerzas de la naturaleza y al Minotauro en concreto.

Teseo y el Minotauro (1781-1783)

En una versión posterior de este mito, el artista italiano dotará al conjunto de la violencia caracterizada en el momento en que Teseo golpea al centauro con el mazo. Es impactante la muestra de esfuerzo y fatiga que emana del mármol.

Teseo y el Centauro (1804-1819) en dos perspectivas

Volviendo a Psique reanimada por el beso del amor, esta obra se comenzó a tallar en 1787 por encargo de un coronel inglés, (John Campbell, más tarde Lord Lawdor, que me interesa bastante poco ahora mismo) no finalizándose hasta 1793. Tal y como aparece en la guía del Louvre, Canova fue capaz de crear una composición verdaderamente expresiva del tema mitológico amoroso de Amor y Psique, detallando el modelo culminante de la leyenda, para cuya representación sabemos, por el propio artista, se basó en la obra de Apuleyo El Asno de Oro. El mito de esta leyenda nos cuenta que Amor hace renacer a Psique, dormida para siempre gracias a las exhalaciones de un perfume mágico, y es tanto un himno al amor como el recuerdo de la leyenda de Psique, que se refiere al alma inmortal del mito platónico. Canova construyó una pirámide de cuerpos enlazados, animados por un delicado juego de miembros que se mueven con la luz. La transparencia del mármol blanco añade poesía a un grupo que fue muy meditado por sus contemporáneos.

Detallando más técnicamente la composición, los cuerpos están tratados de tal forma que componen un grupo de dos diagonales que a su vez forman una “X” definida ésta por las alas de Eros (o Amor, o Cupido, como queráis llamarlo), su pierna derecha y el cuerpo de Psique, encontrándose el centro de la composición en el breve espacio que separa las dos bocas que están a punto de unirse en un apasionado beso. La tensión contenida en la obra surge en los pies de ambas imágenes y se prolonga hacia el centro de la composición, donde ambas cabezas quedan enmarcadas por los brazos de Psique. Las alas de Eros, extendidas hacia arriba, acentúan lo divino, a punto de recibir a la terrenal Psique. El espectador se ve envuelto en ese momento de tensión que precede al beso.


Amor y Psique (1796-1803) en otra perspectiva

El gusto por lo clásico es evidente en la forma que adquieren los pliegues de las telas, que evocan el mismo tratamiento que las esculturas clásicas. La maestría de Canova se palpa en el tratamiento del mármol, que le permite representar el calor de los cuerpos, la vitalidad y el sentimiento. Gracias a obras como esta, Canova es considerado el mejor escultor del Neoclasicismo.

Referencias
  • Mi mundo perdido [en línea]. Blog de David Fernández García. Disponible en: http://bokdav.blogspot.com/
  • Neoclasicismo y Romanticismo : arquitectura, escultura, pintura y dibujo : 1750-1848. [editado por Rolf Toman]. Colonia : Könemann, 2000
  • Rosenblum, Robert. El arte del siglo XIX. [H. W. Janson ; traducción, Beatriz Dorao Martínez-Romillo, Pedro López Barja de Quiroga]. Madrid : Akal, 1992
Agradecimientos

  • Foto Amor y Psique (1796-1803): dongyuan
  • Foto Amor y Psique (1796-1803) en otra perspectiva: Virginia Valenciano
  • Foto Teseo y el Centauro (1804-1819) en dos perspectivas: Kunsthistorisches Museum Wien (foto izquierda) ; Liberty Place / Eva  (foto derecha)

miércoles, 11 de enero de 2012

La Tasa Tobín



Hoy toca hablar de impuestos (no soy Rajoy, por si alguno se ha levantado de la silla)... La diferencia es que este quizá nos guste más, pues debería recaer sobre los que mueven el dinero por todo el mundo. Digo 'quizá' por si al final toca pagarlo a los de siempre... a los ciudadanos corrientes; esperemos que no sea así. Como es un tema ligado a la Globalización (que hemos tratado en la asignatura) pues otro motivo más para incluirlo en esta entrada.

¿Qué es la Tasa Tobin? También denominada con el acrónimo ITF (Impuesto a las transacciones financieras) se trata de un impuesto, o más bien propuestade impuesto, sobre el flujo de capitales en el mundo. El impulsor de esta medida fue el economista estadounidense James Tobin (1971), Premio Nobel de Economía en 1981...

¿En qué consiste? Pues en pagar un impuesto cada vez que se produce una operación de cambio entre divisas, para frenar el paso de una moneda a otra y para, en palabras del economista norteamericano, "echar arena en los engranajes demasiado bien engrasados" de los mercados monetarios y financieros internacionales. Trataría, en caso de ser impuesta, de penalizar las operaciones puramente especulativas producidas por los mercados financieros y que tantos disgustos nos están dadno en la actualidad.

Hoy día es Francia el país más decidido a aplicar esta tasa. De hecho, el propio Sarkozy anunció su intención de avanzar sobre esta medida aunque sea en solitario. “Francia no esperará que todos estén de acuerdo para ponerla en marcha”, señaló el presidente galo. Sin embargo los alemanes son más cautos: “La posición de Alemania es inamovible. El objetivo es lograr la instauración de una tasa en la UE”, matizó el portavoz alemán, Steffen Seibert. Al difícil diálogo entre París y Berlín se ha sumado de nuevo la oposición de Londres (como no, los ingleses siempre en dirección contraria). El primer ministro británico, David Cameron, fue más allá que Berlín y advirtió que vetará la medida si esta no se aplica a nivel mundial. “Si los franceses quieren avanzar sobre una tasa en su país, son libres de hacerlo (…) La idea de un impuesto que sólo se aplique en algunos lugares no me parece razonable y por eso me opondré”, señaló el dirigente a la BBC.


El caso es que la primera cumbre europea que se celebrará en Berlín se presenta 'calentita'. Ya me estoy imaginando a Sarkozy (el Napoleón del siglo XXI) dando un puñetazo en la mesa y señalando con el dedo a David Cameron mientras el líder británico le recuerda Waterloo y se queda con ganas de mandarlo a la Isla de Santa Elena. La señora Merkel se mantendrá al margen de la puja entre los dos contendientes (“si se sacan los higadillos entre los dos, mejor... nos quedamos solos y a más tocamos” pensará la canciller alemana).

En fín... en España  no abrimos la boca, no sea que vengan los ‘mercados’ y nos den otra colleja de esas a las que ya nos tienen acostumbrados. Pero estoy seguro que Rajoy está deseando de que la Tasa se imponga, principalmente, en la zona Euro, pues así evitaría, en parte, las especulaciones a las que estamos sometidos.

Volviendo al hilo de la Tasa y dejando a un lado la ironía, creo que sería beneficioso para todos que llegara a buen puerto.

¿Alguna opinión, compañeros?

lunes, 9 de enero de 2012

El porqué de Docktor Faustus


Quizá esta entrada tendría que haber sido la primera, la que hubiese dado inicio a este blog, ya que el nombre del mismo se debe al protagonista de 'Doctor Faustus', genial obra del aún más genial todavía Thomas Mann. Aunque como dice el refrán, nunca es tarde...

Mann es el escritor cuyos personajes más han influido en mi manera de ver la literatura. Después de leer su obra más conocida, ‘La montaña mágica’, tardé mucho tiempo en volver a coger otro libro, pues no quería desplazar de mi memoria a todos los personajes inolvidables de esa obra. Antes de que termine el invierno, tengo que volver a releer este libro (para eliminar impurezas...).

"No soy un hombre visual, sino un músico desplazado a la literatura" decía en 1947 el escritor alemán. Para la obra que hoy comento, ‘Doctor Faustus’, se inspiró en el compositor Schönberg para crear al introvertido personaje de Leverkühn, el músico protagonista de la obra, que aparece en la novela como el inventor de la música atonal. En 1948 Mann envió un ejemplar del Faustus a Schönberg con una dedicatoria en la que reconocía que Leverkühn era él, y al compositor no le debió de sentar muy bien que digamos: "Schönberg desea que yo aclare que el atonalismo es un invento suyo y no del Demonio", escribió irónicamente Mann en una carta a un amigo.



Bueno, después de esta introducción nos ponemos manos a la obra con ‘Doctor Faustus’...

La vida del compositor alemán Adrian Leverkuhn transcurre (aunque en el plano espiritual) paralela al decaimiento de la sociedad alemana de la segunda guerra mundial. Leverkuhn, protagonista de la obra, se despoja de toda moral para vender su alma al diablo a cambio de la perfección artística; perfección que caduca veinticuatro años después de sellado el pacto. La sociedad alemana hace lo propio velando sus ojos y conciencia a cambio de la gloria del nazismo, a cambio de sentirse por un tiempo los amos del mundo y su guía espiritual.

Al final toca pagar la deuda. El Diablo cobra su parte, hasta el último marco, y debora las almas de sus socios sometiéndolos a la degradación física y moral, así como al escarnio público de la sociedad que los contempla.

La novela de Mann tiene dos escenarios: uno es la primera guerra mundial, época de lo narrado por Serenus, el biógrafo; el otro la segunda guerra mundial, época de la narración de la biografía de Adrián Leverkuhn. Ambos escenarios se solapan en uno sólo para crear un fresco que no puede ser más grotesco. Este fondo se palpa en el desánimo del narrador de la historia. Serenus es un humanista burgués convencido, testigo de la decadencia de su amigo Adrian Leverkuhn, genio de la música que poco a poco se dirije al abismo de la moralidad de la mano del Tentador.

El narrador puede darnos todos los detalles de la vida de Leverkuhn, al menos los más importantes; unos por haberlos vivido de primera mano, al ser su mejor amigo y otros, los que pueden permanecer ocultos, le vienen en forma de un cuaderno de notas del propio compositor. Lo más importante de este cuaderno es la charla que Leverkuhn, en un ambiente gélido, casi insoportable, mantiene con Satanás. Charla que el narrador no sabe si se ha producido ciertamente o si se trata de puro razonamiento metafísico, fruto de los delirios del artista. Se marca una frontera entre realidad y ficción, una visión mística de la vida en poder de su personaje principal. Estamos ante el epicentro de la novela, un cataclismo cuyas ondas concéntricas poco a poco irán abrazando diabólicamente a varios de sus personajes principales.

Fiel a su estilo, Mann nos presenta un magnífico mosaico de personajes entrelazados unos con otros, pero todos con un denominador común: su relación con Adrian Leverkuhn. En torno a él giran cada uno de ellos, bien por amistad, como Serenus, por interés, como el violinista Rudolf, o por amor, no amor por una persona sino amor por sus virtudes y aquí podríamos enmarcar a dos personajes: uno es la mujer desconocida que Adrián nunca llega a ver y con la cual mantiene contacto epistolar. El otro se trata del pequeño Nepomuk, su sobrino, por quien siente además una enorme admiración. El pequeño Nepomuk se ha convertido en moneda de cambio para el Diablo a pesar de Leverkhum, y es víctima de un suceso (en palabras del narrador) “tiernamente trágico”. Incluyo estos dos adjetivos porque definen de forma tremendamente plástica al pequeño, al bello y querido por todos Nepomuk. No es difícil establecer relaciones entre Nepomuk y el pequeño Hanno de “Los Buddenbrook”. Ambos tienen un encanto especial y mueren prematuramente: uno víctima de meningitis y el otro por la tuberculosis.

Es curioso como en casi todas las novelas de Mann la belleza y la perfección son encarnadas en la adolescencia, en un niño. Otro denominador común en las obras del escritor alemán es la música, siendo esta disciplina fundamental en Doktor Faustus. Tampoco podemos obviar, para esta obra, la influencia de Goethe y la leyenda germánica de Fausto.


Referencias

Mi mundo perdido [en línea]. Blog de David Fernández García. Disponible en: http://bokdav.blogspot.com/

martes, 3 de enero de 2012

Adiós a la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas


Se veía venir... Según el artículo 7 del Real Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre (por el que se establece bla bla bla...), las competencias de esta dirección se reparten entre las áreas de Bellas Artes e Industrias Culturales. Nacen así la dirección general de Política e Industrias Culturales y del Libro, por un lado, y la dirección general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas por otro. Estos organismos, según el BOE pasan a depender de la Secretaría de Estado de Cultura.

Lo que más me choca de esta medida, es la separación del libro y las bibliotecas... Es como separar Médicos y Medicina, por poner un ejemplo un poco llamativo. Pero la pregunta que me hago es ¿Funcionaba bien la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas? Sinceramente creo que no y vosotros seguramente penséis lo mismo. Algunos gremios relacionados con el mundo de la cultura están poniendo el grito en el cielo por la supresión de este departamento, pero tampoco decían nada cuando estos años se ha visto que ha funcionado muy mal: los archivos y bibliotecas llevan mucho tiempo dejados de la mano de Dios.

No se que es lo que pensáis al respecto pero creo que los que nos dedicamos al mundo de la cultura y de la información en general, vamos a pasar unos tiempos muy duros. Quizá esto suene redundante, dado los tiempos que corren, ya que todos los sectores se tienen que apretar el cinturón de alguna manera, pero el sector cultural en general y el de los archivos y bibliotecas en particular, ya llevan mucho tiempo sufriendo recortes tanto económicos como estructurales... El caso es que me da igual como se llame a partir de ahora y si depende de Industrias culturales o tal o cual... El caso es que sin una dirección competente (me refiero a altos cargos, que normalmente son elegidos a dedo sin ningún tipo de formación al respecto), sin una dirección competente, repito, va a ser muy dificil salir del abismo en el que nos encontramos. 

La pregunta que os hago es ¿Qué pensáis de todo esto? Me gustaría saber vuestras opiniones...